En cualquier lado del mundo hay desvaríos, conveniencias y sutilezas descaradas.
El periódico de costumbre de nuevo se anuncia atronador. A cada página una nueva certidumbre acerca de la existencia de lo incomprensible.
S. agacha la cabeza. Mira hacia el suelo y su vista penetra en la tierra y se sumerge en el confín de este mundo de piedra y agua. Atravieso el núcleo terrestre y al fin emerjo al otro lado de esta esfera. S. prosigue su viaje, fijando sus pupilas en el horizonte que marca la luz de los astros. Enciendo un cigarro y soplo el humo a través del agujero que he hecho. La nube gris escapa al espacio y lentamente comienza a dibujar formas para todos mis gustos, de todos los colores, al chocar con los gases de la atmósfera. Primero dibuja un tren, después un pájaro que deja tras de sí el rastro de su cola de abanico; y por último una chimenea. Las llamas juegan y bailan, lo que me recuerda que también hace frío allá afuera. Necesito regresar.
Aquí,... aquí nada.
Parafraseo los momentos y recuerdo el calor bajo el edredón.
Vuelvo a respirar.
Posted by S. at 2 de Octubre 2003 a las 12:00 AM