Las cagadas de los pájaros tras el ventanal inaccesible ensucian aún más este cielo gris de la tarde en el que me siento tranquilo. El humo escapa a través del cristal entreabierto y yo lo observo; y miro alrededor y me siento acosado.
Tardar tanto tiempo en escribir supone un problema, y es que todas las cosas que pude haber contado parecen lastrar a las nuevas y la cadencia de los dedos sobre las teclas se torna demasiado rígida. Me niego a escribir apremiado. Es algo demasiado parecido a lo del tabaco.
Aunque puede que sólo me falten ideas. Si no os importa, a mi tampoco.
A los medianamente ignorantes nos alegra saber q hasta los genios se quedan sin ideas a veces. Es, pos supuesto, broma Sr. S. Nos leemos!