20 de Marzo 2004

S., "asteniado"

     S., de nuevo, desde la calle Leon hasta Montera, Fuencarral, los top manta, un tipo que me pide papel y las tiendas de ropa cara.
     Silbidos y silbatos llegan a Sol a la vuelta, las pancartas, los megáfonos, la gente...
     En fin. Por otro lado un sábado por la tarde que parece más grande que cualquier sábado por la tarde de los que ha vivido S. en mucho tiempo.
     Pero sobre todo ello, sobre todas las calles, sobre los árboles, sobre toda la gente, sobre todas las tiendas y sobre toda esta tarde de sábado, S. nota algo extraño. Es algo que huele a tres o cuatro años menos, a un banco de madera en un parque, a una litrona fría, a varios culos sentados en la parte alta del banco y a charlas tranquilas.
     Como aquellos tiempos en los que no había prisa, todos los días eran como este sábado por la tarde y aquellas palabras y los tragos de cerveza y las miradas a la gente al pasar, llenaban los minutos y las horas y parecía que así era la vida, y nadie pensó jamás que hubiese una forma mejor de disfrutarla.
     Y hoy huelo a eso, huelo a un extraño abatimiento. No es por lo que no tengo, ni siquiera por lo que pueda perder, es por esa sensación inexorable de libertad frente al tiempo que acecha a S. y que tanto esfuerzo me cuesta describir. Sólo ganas de Madrid, de un banco de madera, de una litrona y esos culos sentados en la parte alta, de saber que el resto de mundo anda por ahí. Sólo ganas de eso, de volver a ser completamente libre.
     Pero la verdad es que no sé expresarlo y no sé porqué ahora, y la verdad es que quizá no sea más que astenia primaveral.

Posted by S. at 20 de Marzo 2004 a las 09:31 PM
Comments

Voy a tomarme la osadía de creer saber de qué hablas. A veces, cuando paseo por el barrio del Carmen, recuerdo las noches pasadas en la plaza, sentado en un banco, con María, con Rocío, con Noelia, con todos y todas, con mi gente, con mi litrona, con sus malabares.

Extraño esos días.

Pero sólo cuando paseo de día.

Por la noche es distinto, es más extraño. Veo a adolescentes, que, haciendo lo mismo que yo hacía con la misma edad con que yo lo hacía, no me dan más que angustía en el peor de los casos.

Una sensación que, pese a no terminar e agradarme, tengo bastante aceptada.

No añoro cocerme de alcohol, añoro la libertad de carecer de responsabilidades, de que trazar el plan para esos sábados fuese mi única preocupación.

Y eso, añorar, para bien o para mal, es bonito.

Posted by: mario on 21 de Marzo 2004 a las 03:39 AM

hola marilyn ¿cuando vas a venir a la argentina?,te comento q tu musica se pasa,es lo mas extremo del rock.chau saludos a todos los integrantes de la banda.

Posted by: LUCAS on 27 de Diciembre 2004 a las 05:09 PM
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