S., hace ya muchos años.
Recuerdo el día en el bromeba con un viejo amigo pintor y dibujante acerca de una genial idea:
En cuanto hubiera conseguido la fama necesaria comenzaría a pintar cuadros surrealistas sin ningún tipo de significado y mucho menos belleza artística; un bulo, un engaño pillesco.
Ambos asegurábamos que engañaría a la gran mayoría una vez tuviese algo de fama y, sólo con su firma, pseudo-intelectuales del hampa al óleo se rifarían cualquiera de sus trabajos a capirote y talonario. Entonces reiría sin parar ante la becerril manada de infelices convencidos al estilo Simpsons.
Aún hoy creo que no debe ser tan costoso engañar a esa mayoría. El problema reside en lo complicado que resulta saber pintar unos cuantos cuadros realmente buenos para hacerte lo suficientemente famoso.
Mierda.
Yo sí creo que es fácil engañarles. También creo que no es sólo cuestión de tener fama por haber logrado ser un gran artista, si tienes las amistades adecuadas puedes asesinar a cualquier lienzo con impunidad.
Te leo. Gracias, Sid :*
Posted by: mkxis on 21 de Abril 2004 a las 10:05 AMTampoco tiene mucho sentido que a un señor se le idolatre por correr los 100 metros en una centésima menos que el resto.
Somos idólatras. Reconocemos a una mínima parte de los que cultivan cualquier arte o ciencia. Olvidamos a aquellos que hicieron lo mismo en un 99,9 %. Queremos ganadores. Lo que no fuimos. Un espejo de la fama que nos consuela ver reflejada en alguien.
Mejor intenta salir en las revistas o programas de televisión actuales. Allí no te reclaman un bagaje mínimo. Allí nadie se pregunta qué eres.
Al menos los idolatras del arte reconocemos a nuestros ídolos. Y sabemos qué han hecho.
Posted by: Axque on 22 de Abril 2004 a las 12:19 PM