13 de Septiembre 2004

Viajando en tren.

     Lunes 6 de septiembre. Son las seis y media de la tarde.
     Arranca el tren.

     Lunes 6 de septiembre. Son las seis y cuarenta minutos de la tarde.
     El tren se detiene. Nada en principio extraño al dejar una estación.

     Lunes 6 de septiembre. Son las seis y cincuenta minutos de la tarde y el tren sigue parado. Ésto ya huele mal. A mi espalda escucho al señor maquinista conversar por un teléfono móvil: - Aquí pone que se ha roto el amortiguador.
     S. se queda con el `-Aquí pone...´
     Un minuto más tarde el tren vuelve a ponerse en marcha. Escasos treinta segundos después los frenos vuelven a activarse automáticamente y en doscientos metros se para. Un olor a quemado invade el vagón. Ahora sí huele realmente mal.
     Tras varios intentos más, el tren regresa a la estación.

     Lunes 6 de septiembre. Son las 19:30 horas. Llegamos a Atocha y apresuradamente cogemos el AVE destino Córdoba. Cada uno se sienta donde quiere. S. sigue con los dos asientos para él.

     Lunes 6 de septiembre. 20:15 horas. Escuchar cantar y tocar palmas a esos andaluces mezcla bakalas almerienses, mezcla bakalas malagueños, se vuelve insufrible. Pido un agua que la azafata no me cobra. Según agarro la botella espero a que prosiga: - No se preocupe señor, la consumición a bordo es una gentileza de la compañía por las molestias ocasionadas, y además se le devolverá íntegro el importe del billete.
     No ocurre así y agarro mi botella de agua dando las gracias.

     Lunes 6 de septiembre. Son las 21:00 horas y me llegan a mis oidos dos nuevas; como siempre, una buena y una mala.
     La buena: No será necesario coger un autobús de Córdoba a Málaga, quedan plazas disponibles en otro tren.
     La mala: Los pseudo-bakalas siguen tocando palmas y es más, la gente a empezado a reirle las gracias a uno de ellos que se ha apoderado de sus mentes. Me sumo en Looney Toon´s.

     Domingo 12 de septiembre. entre las 15:00 horas y las 19:25 horas.
     El tren arranca. No para. Los amortiguadores funcionan. No hay bocadillos gratis pero tampoco hay bakalas a bordo. La película es la misma y S. está lo suficientemente cansado para dormir buena parte del viaje...
     Delante nuestro hay una pareja... con dos niños...que sólo saben gritar. A. y yo los observamos un buen rato durante esas cuatro horas. Pero no hay muecas; ninguna carantoña a esas criaturas desquiciantes. Sólo odio, inocente, pero odio al fin y al cabo.
     Antes de bajar la pareja se disculpa con una señora por "las molestias ocasionadas" y resulta imposible no reirse.

     Pdt.- El jueves recupero mi dinero. (sólo el de la ida)

Posted by S. at 13 de Septiembre 2004 a las 12:46 PM
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