26 de Diciembre 2003

Sueños etílicos

       Los sueños de borracho siempre son peculiares.
       S. juega de portero en un importante equipo de fútbol. Al menos eso parece cuando me encuentro bajo el travesaño en una de las porterías de un enorme campo de fútbol y el mismo Ronaldo se encuentra a unos siete metros dispuesto a pulverizarme.
Hasta ahí todo normal. No es que no resulte una visión tremendamente impactante y muy real desde esta parte del mundo, pero a fin de cuentas no parece más que una fase del sueño que denota la ausencia de grandes objetivos en la vida de S.
       S. se lanza a por el balón pero éste sale por la izquierda de la portería rozando el poste. Es entonces cuando la fermentación del garrafón en los depósitos neuronales permite reaparecer la parte más cutre de mi borrachera onírica. Sé perfectamente que cuando el balón ha salido por la línea de fondo y un portero ha de sacar, ha de hacerlo a balón parado sobre la línea del área pequeña; sin embargo, puesto que es la primera vez que juego en un partido tan importante como es éste, no me parece fuera de lugar mirar al árbitro de turno y pedir su aprobación:
       - Aquí, ¿verdad?. Árbitro asiente.
       Mientras coloco el balón en su sitio acabo de remendar su deshilacho. Y es que el esférico no es en este caso de cuero, sino una gran masa de trapo enrollado al estilo favelas que se deshace con el transcurso del tiempo.
       Me decido a sacar. El hecho es que a S. le hace bastante ilusión probar hasta donde es capaz de golpear el balón en ese campo. Por desgracia, el árbitro obstruye el paso a S. y me veo obligado a pedirle distancia. Acuciado por mi buena educación se aleja unos metros y de nuevo tomo carrerilla.
       Pero he ahí que otro ser se interpone entre mi ansia de golpeo y la lejanía. Posiblemente el garrafón de ayer llevase consigo más excipientes de los que pudiese considerar y parece ser que el OH ha fermentado demasiado colmando mi cerebro de algún ácido desconocido y perjudicando notablemente mi autoestima. El Fary está demasiado cerca.
       Creo que es de mi equipo: -Fary, coño, déjame sacar. Fary no hace caso y me toca desistir. Es en ese momento cuando el sueño ha tomado ápices tan surrealistas que ni siquiera mi borracho inconsciente es capaz de dar crédito a semejante pesadilla, así que Morpheo prohibe a S. seguir con tamaña farsa y me toca despertar.

Posted by S. at 26 de Diciembre 2003 a las 10:21 PM
Comments

Tengo curiosidad por saber una cosa...¿El Fary era lateral izquierdo o derecho?

Posted by: skeletor on 30 de Diciembre 2003 a las 06:36 PM
Post a comment